jueves, 16 de septiembre de 2021

[8] RESURRECCIÓN (1899)

 



RESURRECCIÓN (1899)

 

Edgardo Rafael Malaspina Guerra

I

Resurrección, como su nombre lo indica, es una novela profundamente religiosa en la que se abordan el pecado , el arrepentimiento y el perdón. Se puede caer, pero la vida da la oportunidad de levantarse y reivindicarse. La condición humana contempla el error como una posibilidad muy cierta, pero también el momento preciso para la corrección de un desliz. La víctima y el victimario pueden superarse a través de la compasión mutua.

II

 Resurrección es una obra realista, en el sentido de que refleja en toda su magnitud los problemas más álgidos de la sociedad. También es un manifiesto o testamento de las ideas de Tolstoi, no solamente con respecto a los temas éticos y morales, sino también relacionadas con la política, la propiedad privada y la tierra.

III

Lenin en su artículo “Tolstoi como espejo de la revolución rusa” (1908)habló de las contradicciones de Tolstoi (Bien reflejadas en Resurrección) : Por un lado, un gran escritor de talla mundial;  por otro un terrateniente en la vida real que aboga por la expropiación de las tierras y el utópico reparto de las mismas a los campesinos en la ficción literaria. Por un lado, critica los males de la sociedad ; y cree, por otro lado,  que los mismos pueden resolverse a través del cultivo del espíritu como ciertas practica de ascetismo , tales como no comer albóndigas de carne sino de arroz.


[Tolstói como espejo de la revolución rusa. Lenin]

Lenin remata: “Por un lado, la crítica despiadada de la explotación capitalista, la exposición de la violencia gubernamental, la comedia de la corte y la administración pública, la revelación de la profundidad de las contradicciones entre el crecimiento de la riqueza y las conquistas de la civilización y el crecimiento de la pobreza, la locura y el tormento de las masas trabajadoras; por otro lado, la predicación insensata de la "no resistencia al mal" por la violencia”. Lenin también le criticó la solución que propugnaba Tolstói a través de la religión, porque consideraba que la misma era una aliada del poder gubernamental y de los explotadores. (1) Pero es necesario recalcar que Tolstoi hace duras críticas a la Iglesia (en casi todas sus obras y particularmente en Resurrección), de la cual incluso fue excomulgado.

IV

Nejliudov siente que es culpable de la vida sin rumbo de Katia porque la sedujo y la abandonó. Cuando Katia es enviada injustamente a la cárcel (por el supuesto envenenamiento de un comerciante), Nejliudov cree que es su deber socorrerla.

V

Fragmentos y frases, con acento en algunos aspectos sociales, ideas revolucionarias socialistas incipientes de la época, médico-forenses, poéticos y filosóficos:

1

Poesía y mística:

Sin mística no hay poesía. Sin poesía el misticismo es superstición; y la poesía sin misticismo es prosa.

2

Cosa extraña: desde el momento en que Nejliúdov comprendió que era un miserable y sintió repulsión de sí mismo, dejó de despreciar a los demás.

3

El significado de un diario personal:

Un diario es una charla consigo mismo, con ese yo verdadero y divino que tiene cada hombre.

4

Egoísmo e hipocresía:

Todos vivían para sí mismos, para su placer, y las palabras acerca de Dios y del bien eran un engaño. Si alguna vez surgían preguntas acerca de para qué todo estaba establecido en el mundo de un modo tan difícil, por qué los hombres se hacían daño unos a otros y por qué todos sufrían, era preciso no pensar en ello.

5

Medicina forense (Una exhumación) :

Del examen exterior del cadáver, resulta que:

1) La estatura de Ferapont Smelkov era de 2 arshines y 12 vershkí.

—¡Caramba! Era un hombre fortachón —susurró con precaución el comerciante al oído de Nejliúdov.

2) La edad, por su aspecto exterior, se calcula en unos cuarenta años.

3) El cadáver estaba hinchado.

4) El color de los tegumentos aparecía verdoso, en algunas partes con machas oscuras.

5) El cuerpo estaba cubierto de ampollas de diferentes tamaños, algunas reventadas, con la piel colgando en grandes tiras.

6) El cabello, rubio oscuro y espeso, al menor contacto con el cuero cabelludo se desprendía.

7) Los ojos estaban fuera de las órbitas, y las córneas empañadas.

8) De la nariz, de los oídos y de la cavidad bucal manaba un líquido espumoso y sanguinolento. La boca estaba medio abierta.

9) El cuello casi no existía, debido a la hinchazón de la cara y del pecho, etc., etc. Continuaba de esta manera, en cuatro hojas y veintisiete párrafos, una detallada descripción del examen exterior del enorme cadáver en descomposición, horroroso, gordo e hinchado, del comerciante que había ido a la ciudad para divertirse.

 

Según el reconocimiento interior, resulta que:

1) Las membranas del cráneo estaban exageradamente desprendidas de los huesos, pero no

había señales de hemorragia.

2) Los huesos del cráneo, de mediano grosor, aparecían intactos.

3) En la corteza cerebral aparecen dos pequeñas manchas pigmentadas, aproximadamente de cuatro pulgadas, la corteza presenta un color blanco mate, etc. seguían otros trece párrafos.

A continuación, venían los nombres de los testigos, las firmas y la conclusión del forense. De ésta resultaba que lo descubierto en la autopsia y anotado en el protocolo, las alteraciones en el estómago, en parte de los intestinos y riñones, permitían deducir con el máximo de probabilidades que la muerte de Smelkov era consecuencia del envenenamiento, que había llegado a su estómago mezclado con vino.

Se hizo también el análisis de las siguientes vísceras:

1) Del pulmón derecho y del corazón (conservado en un frasco de cristal de seis libras).

2) Del contenido del estómago (en un frasco de cristal de seis libras).

3) Del estómago (en un frasco de cristal de seis libras).

4) Del hígado, del bazo y de los riñones (en un frasco de

cristal de tres libras).

6

Sobre el envenenamiento y la posible participación de Katia:

Cuando se empezó a hablar de su participación en el envenenamiento, su ardiente defensor, el comerciante, dijo que era preciso reconocerla inocente, ya que no tenía por qué envenenarle.

El presidente consideró que no se la podía declarar inocente, porque ella misma había confesado que le dio los polvos.

—Se los dio, pero creyó que era opio —dijo el comerciante.

—También el opio podía haberle envenenado —comentó el coronel, a quien gustaba meterse en digresiones. Y a propósito de esto empezó a contar que la mujer de su cuñado se había intoxicado con opio, y que hubiera muerto de no encontrarse cerca el médico y haber tomado medidas a tiempo. El coronel hablaba con tono tan seguro de sí mismo y tan digno, que nadie tuvo valor para interrumpirle. Sólo el dependiente, contagiado por el ejemplo, se atrevió a interrumpirle para contar su historia.

—Algunos se acostumbran de tal manera —empezó— que pueden tomar hasta cuarenta gotas.

Nota: Este acostumbramiento a los venenos se lama Mitridatismo : la práctica de la protección de uno mismo contra un veneno autoadministrándose poco a poco cantidades de veneno no letales. La palabra deriva de Mitrídates VI, Rey de Ponto, al temer ser envenenado se ingiere con regularidad pequeñas dosis, con el objetivo de desarrollar la inmunidad a este veneno.

7

Conciencia y solidaridad automática:

 

Generalmente se piensa que el ladrón, el asesino, el espía y la prostituta, reconociendo como mala su profesión, deben avergonzarse de ella. Pero ocurre lo contrario. A los hombres, colocados por su destino, pecados y errores en determinada situación —por inmoral que sea—, ésta les parece buena y respetable. Con objeto de encontrar un apoyo, se rodean instintivamente de un círculo de personas en que admiten su concepto sobre la vida y sobre la situación en que se encuentran.

Esto nos sorprende cuando se trata de ladrones, orgullosos de su habilidad; de prostitutas, que presumen de su corrupción, y de criminales, que alardean de su crueldad. Pero nos sorprende porque el ambiente de estas gentes es limitado y, sobre todo, porque nos encontramos fuera de él. Pero ¿acaso no ocurre lo mismo entre los ricos que se enorgullecen de su riqueza, es decir, de sus robos; entre los militares que se enorgullecen de sus victorias, o sea, de sus crímenes; entre los poderosos que se enorgullecen de su poder, o lo que es lo mismo, ¿de sus violencias?

No vemos que tales personas deforman el concepto de la vida y del bien y del mal sólo porque el círculo de tales ideas deformadas es mayor, y nosotros mismos pertenecemos a él.

8

Descripciones poéticas:

Gozaba contemplando aquel maravilloso día, de nubes densas y oscuras, que a veces ocultaban el sol; los campos primaverales, en los que por todas partes marchaban los campesinos tras sus arados; la vegetación verde intensa, por encima de la cual revoloteaban las alondras; los bosques cubiertos ya —salvo los tardíos abedules— de hojas nuevas; los prados, en los que pastaban los rebaños de ovejas y caballos, y los campos en los que se veía a los labradores.

9

Sobre la propiedad de la tierra. Los campesinos se muestran escépticos cuando le proponen beneficios. Les parece increíble que un terrateniente piense en los intereses de los más desposeídos:

Nejliúdov hablaba con bastante claridad y los campesinos eran gente comprensiva; sin embargo, no le entendían por la misma razón que el administrador tardó en comprenderle. Estaban firmemente convencidos de que cualquier hombre piensa tan sólo en su provecho. En cuanto a los propietarios, sabían por experiencia, desde hacía unas cuantas generaciones, que siempre buscaban su propio beneficio en detrimento de los campesinos. Por eso, si el amo les llamaba para proponerles algo nuevo era, sin duda, para engañarles de alguna forma con mayor astucia todavía.

10

El presagio del canto tempranero de los gallos:

Nejliúdov salió al patio y quiso ir al jardín, pero recordó aquella noche la ventana de la habitación de las criadas, la escalinata de la puerta de servicio, y le resultaba desagradable andar por los lugares que habían sido mancillados por los recuerdos de su falta. Se sentó de nuevo en la escalinata y aspiró el aire tibio, repleto del intenso olor de las hojas nuevas de los álamos. Miró durante largo tiempo el oscuro jardín y escuchó el rumor del molino, el canto del ruiseñor y de otro pájaro que silbaba de forma monótona en la espesura, cerca de la escalinata. En la habitación del administrador apagaron la luz. Por levante, detrás de la cuadra, resplandecía la luna que se iba alzando. Unos relámpagos fueron iluminando más y más intensamente el exuberante y floreciente jardín y la casa ruinosa. A lo lejos se oyó el trueno, y la tercera parte del cielo se cubrió de nubes negras. Los ruiseñores y los pájaros enmudecieron. Con el ruido del agua en el molino se oyó el graznido de los patos y, más tarde, en el pueblo y en el corral del administrador, empezaron a lanzar sus gritos los gallos tempraneros, como suelen hacerlo en las calurosas noches de tormenta. Un refrán dice que los gallos cantan temprano presagiando una noche feliz.

11

Religión y filosofía:

En la época en que Nejliúdov conoció a Selenin, éste era buen estudiante, un hijo modelo, compañero fiel y, para sus años, culto, él planteó el problema de si era justa la religión ortodoxa en que había nacido y se había educado, la que exigían de él todos los que le rodeaban, sin cuyo reconocimiento no podía continuar su actividad. Para esclarecer ese problema se puso a leer obras de Voltaire, Schopenhauer, Spencer y Kant, libros filosóficos de Hegel y novelas religiosas de Vinet y Jomiakov, y naturalmente encontró precisamente lo que necesitaba: el necesario consuelo y justificación de aquella doctrina religiosa en la que había sido educado y que su inteligencia rechazaba desde hacía mucho tiempo, pero sin la cual toda su vida se llenaba de disgustos, y que tan pronto como la reconoció empezaron inmediatamente a desaparecer. Aplicó todos aquellos sofismas corrientes de que la inteligencia individual de un hombre no puede reconocer la verdad, que la verdad se revela solamente a un conjunto de individuos, que el único medio de reconocerla consiste en la revelación guardada por la Iglesia, etc. A partir de entonces, ya pudo, tranquilamente, y sin la conciencia de cometer un engaño, asistir a los oficios religiosos, funerales, misas, pudo observar los preceptos de la Iglesia y santiguarse ante los iconos, continuar sus actividades que en conciencia le parecían útiles y le proporcionaban un consuelo en su triste vida familiar. Pensaba que creía, y, sin embargo, más que en otra cosa creía que esa fe le resultaba absolutamente «no es eso».

12

Socialismo y expropiación de tierras:

 

No, no lo sabe. A él le dicen: no robes, pero él ve y sabe que los fabricantes le roban su trabajo, retienen su salario, que el Gobierno con todos sus funcionarios, en forma de impuestos, le despoja incesantemente.—Eso es anarquía —definió tranquilamente Ignati Nikíforovich.

 

—No sé lo que es eso, pero expongo lo que ocurre —continuó Nejliúdov—; sabe que el Gobierno le roba; sabe que nosotros, propietarios de tierras, le robamos desde hace mucho tiempo arrebatándole la tierra, que debe ser también un bien común, y después, cuando de esa tierra robada él recoge un haz de ramas para encender la estufa, lo metemos en la cárcel y queremos

persuadirle de que es un ladrón. Sí, él sabe que él no es el ladrón, sino aquel que le ha robado la tierra, y que cualquier restitución de lo que le roban es su obligación ante su familia.

—No lo entiendo, y si lo entiendo no estoy de acuerdo. Si usted reparte la tierra —empezó tranquilamente Ignati Nikíforovich, con la completa y tranquila seguridad de que Nejliúdov era socialista y que la exigencia de la teoría socialista consiste en repartir la tierra por igual y tal reparto es completamente absurdo y que podía refutarlo fácilmente—, si hoy hiciera usted un reparto equitativo de las tierras, mañana pasarán otra vez a las manos más trabajadoras y capacitadas.

—Nadie piensa repartir las tierras equitativamente, la tierra no debe ser propiedad de nadie, no debe ser objeto de compra, venta ni arriendo.

—El derecho de propiedad es innato en el hombre. Sin el derecho de propiedad no habrá ningún interés en trabajar la tierra. Suprima usted el derecho de propiedad y volveremos al estado salvaje —pronunció con autoridad Ignati Nikíforovich, repitiendo aquel conocido argumento considerado irrefutable de que el ansia de poseer tierras es síntoma evidente de que la propiedad territorial debe existir.—Al contrario, sólo entonces la tierra no permanecerá sin cultivar, como ahora, cuando hay propietarios. Los propietarios son como el perro del hortelano: no saben explotarla ellos, pero no permiten que lo hagan quienes pueden.

—Escuche, Dimitri Ivánovich, eso es una insensatez absoluta. ¿Acaso es posible en nuestra época suprimir la propiedad territorial?

13

Las ideas:

Todos los hombres viven y proceden en parte por sus propias ideas y en parte por las de los demás. La medida en que los hombres viven por sus propias ideas o por las ajenas constituye una de las principales diferencias entre ellos. Unos hombres —en la mayor parte de los casos— utilizan sus ideas como un juego intelectual y emplean su razón como la rueda de una máquina de la que han quitado la correa transmisora, y en su conducta se someten a las de otros, como las costumbres, tradiciones y leyes; otros, considerando sus ideas como el principal promotor de toda su actividad, casi siempre se someten a las exigencias de su propia razón; sólo alguna vez, después de una apreciación crítica, se guían por las de los demás. A este tipo de hombres pertenecía Simonson. Analizaba todo, decidía por su propia razón.

14

Fagocitosis y matrimonio:

Con relación al matrimonio tenía también su teoría, consistente en que la procreación es una función del ser humano, la superior consistía en servir a los seres vivos. Encontraba la confirmación de esta idea en la existencia de los fagocitos en la sangre. Las personas solteras, según su criterio, eran fagocitos que tenían la misión de acudir en ayuda de las partes débiles y enfermas del organismo. Así vivía desde que llegó a esta conclusión, aunque antes —en su juventud— se había entregado al libertinaje. En esta época se consideraba a sí mismo y a María Pávlovna como unos fagocitos.

Nota: La fagocitosis estaba de moda en Rusia . Iliá Mechnikov había publicado sus trabajos entre 1880 y 1883.

15

Sobre los revolucionarios:

Una vez que los conoció de cerca, Nejliúdov se convenció de que no eran unos malhechores terribles, como los imaginaban unos, ni tampoco héroes perfectos, como los consideraban otros.

Eran personas normales entre las que había —como en todas partes— buenos, malos y regulares. Algunos se convirtieron en revolucionarios porque se consideraban sinceramente obligados a luchar contra el mal existente, pero otros eligieron esta actividad por motivos egoístas y ambiciosos. La mayoría se dejaba arrastrar hacia la revolución por el deseo —conocido por Nejliúdov en la época de guerra— del peligro, del riesgo, el placer de jugar con su propia vida, cosa propia de la energía de la juventud. La diferencia entre los revolucionarios y la gente corriente —a favor de los primeros— consistía en que sus exigencias morales eran más elevadas que las de los segundos. Entre ellos se consideraba no sólo una obligación llevar una vida austera, ser ascetas, veraces y desinteresados, sino estar dispuestos a sacrificarlo todo, incluso la propia vida, en favor del bien común. Por ello aquellos revolucionarios que estaban por encima del nivel moral medio representaban a unos tipos extraordinarios y poco comunes. Los que estaban por debajo representaban a hombres mentirosos que fingían y se mostraban seguros de sí mismos y orgullosos. A algunos de los nuevos conocidos, Nejliúdov, además de respetarlos, los quiso con toda su alma, mientras sentía una absoluta indiferencia hacia otros.

16

La revolución y el legado del pasado:

La revolución, a su juicio, no debía modificar las costumbres básicas del pueblo —en esto no estaba de acuerdo con Novodvorov ni con su seguidor Markel Kondrátiev —, la revolución, según él, no debía destruir todo el viejo edificio magnífico, sólido, grande, que él quería entrañablemente, y sólo debía distribuir de otra forma sus locales interiores.

17

Entre Moisés y Darwin:

En lo religioso también era un campesino típico: nunca pensaba en cuestiones metafísicas, en el principio de todos los principios, en la vida eterna. Dios era para él como Arago, una hipótesis de la que hasta entonces no había sentido necesidad. No le importaba en absoluto de qué forma había empezado el mundo, si era según Moisés o según Darwin. Y la teoría de éste, a la que tanta importancia atribuían sus compañeros, era una fantasía de la imaginación lo mismo que la creación del mundo en seis días.

18

Las asambleas como mecanismo para resolver los problemas socioeconómicos:

Su actividad consistía en preparar la revolución, durante la cual iba a apoderarse del poder y convocar una asamblea. En la asamblea se presentaría un programa compuesto por él. Y estaba plenamente convencido de que este programa resolvería todos los problemas y que no podía no llevarse a cabo.

 

 

NOTAS:

 

(1)   Противоречия в произведениях, взглядах, учениях, в школе Толстого — действительно кричащие. С одной стороны, гениальный художник, давший не только несравненные картины русской жизни, но и первоклассные произведения мировой литературы. С другой стороны — помещик, юродствующий во Христе. С одной стороны — замечательно сильный, непосредственный и искренний протест против общественной лжи и фальши, — с другой стороны, «толстовец», т. е. истасканный, истеричный хлюпик, называемый русским интеллигентом, который, публично бия себя в грудь, говорит: «я скверный, я гадкий, но я занимаюсь нравственным самоусовершенствованием; я не кушаю больше мяса и питаюсь теперь рисовыми котлетками». С одной стороны, беспощадная критика капиталистической эксплуатации, разоблачение правительственных насилий, комедии суда и государственного управления, вскрытие всей глубины противоречий между ростом богатства и завоеваниями цивилизации и ростом нищеты, одичалости и мучений рабочих масс; с другой стороны, — юродивая проповедь «непротивления злу» насилием. С одной стороны, самый трезвый реализм, срыванье всех и всяческих масок; — с другой стороны, проповедь одной из самых гнусных вещей, какие только есть на свете, именно: религии, стремление поставить на место попов по казенной должности попов по нравственному убеждению, т. е. культивирование самой утонченной и потому особенно омерзительной поповщины. (Lenin en : Tolstói como espejo de la revolución rusa, 1908.)

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