DOS
HÚSARES (1856)
Edgardo
Rafael Malaspina Guerra
I
Dos
húsares refleja las diferencias entre dos generaciones separadas por veinte
años
¿
Nuestros hijos son mejores que nosotros? Por lo menos eso es lo que deseamos
todos los padres; y no sólo los padres: yo, como médico y profesor
universitario sostengo con firmeza que nuestros estudiantes, futuros
profesionales, serán mejores facultativos que nosotros. Por lo menos es un anhelo que reflejaría
nuestras capacidades y virtudes docentes.
Los cambios en positivo en las
generaciones venideras son signos del progreso humano.
Por
supuesto que el cuento tolstoyano se refiere a las semejanzas y diferencia
entre padres e hijos. No obstante, se presta para hacer las indagaciones
mencionadas.
II
El primer húsar, el padre, es desenfrenado,
audaz, aventurero, pugnaz, ludópata. No le teme a la muerte y corre riesgos que
comprometen su vida: murió en un duelo. Turbín padre vivió poco, pero como un
águila.
El hijo es comedido, prudente y hasta tímido.
Vive más, pero como un pajarito.
III
El
duelo del primer húsar fue real y mortal. El duelo del segundo húsar fue una
parodia. El primer húsar es la versión genuina. El segundo es una caricatura.
IV
Los
dos húsares son el propio Tolstói en sendas etapas de su vida: el joven de vida
disipada y el adulto de vida virtuosa . El primer húsar es imprudente, el joven
es reflexivo.
PÁRRAFOS
1
Han
transcurrido aproximadamente veinte años. Mucha agua ha corrido desde entonces;
han muerto muchas personas; muchas otras han nacido; muchas han llegado a
mayores y muchas han envejecido. Pero han sido aún más numerosas las ideas que
han nacido y han muerto; han desaparecido muchas cosas malas y buenas de los
tiempos antiguos y han aparecido muchas nuevas y magníficas.
Hacía
tiempo que el conde Turbin había muerto en un duelo con un extranjero, al que
había azotado con la fusta en plena calle. Su hijo, que se parecía a él como se
parecen dos gotas de agua, era ya un oficial de caballería de veintitrés años.
Sus cualidades morales eran muy diferentes a las de su padre. No tenía la menor
sombra de las inclinaciones turbulentas, pasionales y, a decir verdad,
depravadas de la pasada generación. Sus rasgos características eran la
inteligencia, la cultura, el talento y, junto con eso, el buen sentido y la
previsión. Estaba haciendo una carrera brillante: a los veintitrés años era ya
teniente. Al empezar las operaciones militares, creyendo que para ascender era
más ventajoso pasar al ejército activo, había ingresado en un regimiento de
húsares con el grado de capitán, en donde no tardaron en ponerle al mando de un
escuadrón.
2
Turbín
hijo justifica a su padre con el argumento de que era una época distinta. Cada
uno de nosotros hace lo mismo con su progenitor en cualquier parte del mundo:
Sólo
una cosa me desagrada, y es que esa señora haya conocido a mi padre; siempre
tengo que avergonzarme de él; siempre hay por medio alguna aventura escandalosa
o alguna deuda-, continuó Turbin con una sonrisa que dejó al descubierto sus
dientes, de un blanco deslumbrador-. Por eso no soporto el trato con personas
que lo conocieron. Pero, por otra parte, así era aquella época- añadió en tono
serio.
3
La
parodia del segundo duelo:
Polozov
se acostó de espaldas a la puerta y permaneció así unos diez minutos. Sólo Dios
sabe lo que ocurriría en su alma; pero, cuando se volvió, su atormentado rostro
expresaba decisión.
-¡Conde
Turbin! –exclamó, con voz entrecortada.
-¿Deliras
o qué te pasa? –replicó Turbin tranquilamente-. ¿Qué desea, corneta Polozov?
-Conde Turbin, ¡es usted un canalla! –vociferó
Polozov, levantándose de un salto.
Al
día siguiente, el escuadrón se puso en marcha. Los oficiales se marcharon sin
despedirse de los dueños de la casa. No hablaron entre sí. Estaban
dispuestos a batirse en la primera etapa. Mas el capitán de caballería Schultz,
a quien Turbin había elegido como padrino, supo arreglar el asunto. No se
batieron y nadie se enteró de aquella aventura. Turbin y Polozov siguieron
tuteándose cuando se encontraban en los banquetes y ante las mesas de juego;
pero sus relaciones nunca volvieron a ser las de antaño.
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