lunes, 13 de septiembre de 2021

[3] LOS COSACOS (1863)

 


LOS COSACOS (1863)

 

 

 

Edgardo Rafael Malaspina Guerra

I

Casi toda la obra de Tolstói es autobiográfica. León (Lev en ruso) Tolstói es Dmitri Olenin (Cerval, de ciervo o reno). Ambos nombres provienen del reino animal. Tolstói buscaba el sentido de su vida y hacía comparaciones entre las sociedades citadinas y provincianas. Su visita al Cáucaso se presta para hacer esas reflexiones que son las mismas que hace el héroe de la novela cuando emprende su periplo.  El viaje de Tolstói como cadete al Cáucaso (1851) se relaciona con su participación en la guerra de los rusos contra los turcos.

II

“A donde fueres, haz lo que vieres”, reza el refrán; y eso es precisamente lo que hace Olenin en el Cáucaso: trata de portarse como un cosaco más: se viste como un cosaco, bebe como un cosaco y va de cacería como un cosaco. En todo esto le va bien, menos cuando se enamora de Marianka , novia de Luká. Su amor no es correspondido nunca , ni siquiera cuando Luká prácticamente ya no es un obstáculo.

III

Las conversaciones con el viejo Eroshka entre copa y copa le sirven para orientarse en su nueva vida. Jamás se insertará en ese nuevo ambiente, y su fracaso amoroso con Marianka le hace emprender otros derroteros. Cada fracaso le enseña al hombre algo que necesitaba aprender, decía Charles Dickens.

Párrafos y frases:

1

La partida de Olenin desde Moscú:

Las ventanas se hallaban á oscuras y los faroles apagados. Por la ciudad dormida, desde lo alto de las iglesias, vibraba el repique de las campanas, anunciando el amanecer. Por las calles, todo era

soledad. Únicamente se veía, de vez en cuando, á un cochero de alquiler que, por la arena impregnada de nieve, conducía su trineo, parábase al otro lado de la vía y, en espera de un parroquiano, quedábase después dormitando. Alguna vieja se dirigía al templo, donde fulguraban, con vivo resplandor, unos cirios desordenadamente dispuestos que herían el oro de los retablos.

2

Olenin era un joven que no había terminado carrera alguna ni servido en ninguna parte; sólo figuraba, por mera fórmula, en la nómina de un ministerio cualquiera. Había derrochado la mitad de su caudal, y, á los veinticuatro años, no sabía aun qué profesión elegir ni qué hacer.

3

Meditaciones de Olenin:

Y recordó todos los arrebatos de su juventud. Acudíanle á la mente los primeros tiempos de su vida mundana; veía de nuevo á la hermana de un su amigo con el cual pasaba todas las noches en su casa: la luz de la lámpara alumbraba los dedos esbeltos de la joven que trabajaba en una labor, con su semblante precioso .

4

Sueños:

De modo vago y confuso se aparecía todo eso; pero lo que más le interesaba en el porvenir, eran promesas de gloria y amenazas de muerte. A lo mejor, con increíble arrojo y fuerza que era pasmo de todos, quitaba la vida á un sinnúmero" de montañeses si no los sojuzgaba. A veces el mismo veíase trocado en montañés, defendiendo su libertad contra los rusos.

5

Nueva vida:

Mientras más se alejaba Olenin del centro de Rusia, más parecía que de él huían los recuerdos. Y, a medida que iba aproximándose al Cáucaso, su alma cobraba más bríos. «Irse por siempre y no volver ni aparecer más en sociedad» era lo que, de vez en cuando, le venía al cerebro. «Los hombres de aquí no son hombres; ninguno sabe quién soy ni conoce mi pasado; ninguno de ellos puede haber tratado, en Moscú á la sociedad que yo frecuentaba Y nadie, en ella, sabrá cómo he vivido entre estos hombres».

6

Tristeza por la partida:

El anciano( Erochka) permanecía sentado en el suelo.

—¿Pero se separa uno así, imbécil?—dijo.—Hemos estado juntos un año entero y... Adiós; ¡ya está dicho todo! y yo que te quiero tanto! Me da lástima: ¡pobrecito... y siempre solo! ¡Qué insociable eres! Me ha sucedido no dormir por la noche y pasarla pensando en ti; tanta compasión me inspirabas. Dice verdad la canción:

Es triste, hermano querido,

vivir en país extraño.

7

El que se va ya no es necesario:

Adiós, padre, adiós; me acordaré mucho de ti,—gritaba Erochka.

Al alejarse, Olenin se volvió todavía... Erochka y Marianka hablaban ya entre sí de asuntos al parecer indiferentes: ni el viejo ni la joven le dirigieron una mirada más.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

15 MUSEO DE LAS ARMAS DE TULA

  15 MUSEO DE LAS ARMAS DE TULA  Pedro I creó en Tula la fábrica de armamentos en 17...